Su nombre es euskera quiere decir algo así como ” vaca huidiza ” y tenían su lugar en la antigua mitología de esta cultura. Vivían en estado semisalvaje ocultándose en zonas boscosas y se les daba caza como a otros animales, lo que ya mermó su población. Después fueron utilizadas en trabajos agrícolas y para producción cárnica, pero su baja productividad hizo que se fueran sustituyendo por otras razas más rentables. Estos dos factores casi logran su desaparición.
Lamentablemente, estamos de nuevo hablando de otra raza autóctona en peligro de extinción. Así viene catalogada en el listado del MAPA.
Características y zona de distribución
Son vacas de pequeño tamaño y de capa rojiza ( entre el trigueño y el anaranjado más vivo ). Tienen una aureola blanca alrededor del ojo, lo que se conoce como ” ojo de perdiz “. Su condición de asilvestradas y su carácter huraño las hace difíciles de manejar.
La mayor parte de su población la encontramos en el Prepirineo navarro, donde habrá algo más de 600 ejemplares, aunque está habiendo programas de cría para fomentar su crecimiento. En Guipuzkoa y Bizkaia cuentan con otras 300 y en la Aquitania francesa aún hay menos.
Fomento de la raza autóctona BETIZU
El gobierno de Navarra creó en un pueblo abandonado una finca dedicada a su mantenimiento en ecológico para así poder mantener la pureza de la raza y hacer después difusión de la misma. Se llama Finca Sastoia.
Ha impulsado además iniciativas para dar a conocer su carne a carnicerías, restaurantes y consumidores en general. Los resultados de las catas siempre han sido interesantes. Se trata de una carne exclusiva muy apreciada. Una calidad diferenciada.
Apoyando el consumo de carne de razas autóctonas
Cada vez que nos acercamos a una raza autóctona vemos que la historia se repite: los cruzamientos con razas foráneas con la finalidad de obtener mejoras en el manejo y en la producción cárnica las lleva al borde de la extinción. Ya os hablamos de la negra andaluza de la que también trajimos carne.
Desde Ignacio Centeno buscamos dar a conocer al consumidor carne de diferentes razas autóctonas ya que creemos que su mantenimiento tiene beneficios que nos interesan a todos. En el caso de la raza autóctona Betizu estos los motivos que nos llevan a apoyar su consumo:
- Son los únicos animales adaptados a unos pastos en los que otros no podrían ni tan siquiera sobrevivir. En una zona de duros inviernos y sequías veraniegas son capaces de alimentarse de brezo, hierbas y bayas necesitando sólo el apoyo de forraje en invierno.
- Son pequeñas y ágiles lo que les permite moverse por zonas de monte de difícil acceso, manteniéndolo limpio y protegiéndolo de los incendios.
- Es una alternativa de vida para zonas de montaña. Una arriesgada apuesta que algún ganadero y ganadera está llevando a cabo para poder quedarse en medios rurales que sufren con la despoblación.
- Y por último, preservar su genética diferenciada es importante en términos de BIODIVERSIDAD. En las actuales condiciones de cambio climático la variabilidad genética es un seguro de vida.
En definitiva, una carne saludable, sabrosa y con poca grasa. UNA CARNE ÚNICA.